lunes, 12 de marzo de 2012

Desvelos...

Recuerdo esa otoñal mañana de Noviembre. Sí... La recuerdo como si fuera hoy... Recuerdo su juntar de labios, su mirada...

¿Quién iba a decirnos que ese sería nuestro último beso? ¿Quién iba a adivinarlo si pareció ser el primero?

Fue pura magia. No sabría explicarlo... Sé que ella también lo vivió como tal... Su boca, su mirada, y sus lágrimas cayéndole por las mejillas hablaban por sí solas...

Recuerdo secar sus lágrimas con mis dedos, diciéndole que no llorara, que volveríamos a vernos pronto, mientras mi voz se entrecortaba ante tanta emoción... No quería que se fuera, y ella no quería irse, pero debía marchar... Puta distancia...


Son casi las 6 de la mañana... No puedo dormir...

Sé que quizá debiera sacarla de mi cabeza, igual que ella parece que decidió sacarme de su vida, pero no puedo... Fue todo tan bonito...

De niño siempre soñé con tener superpoderes. Siempre me hubiese gustado poder sobrevolar los tejados con dos inmensas alas pegadas a mis brazos...

Ahora... me gustaría volver el tiempo atrás... Pero no para intentar volar, sino para seguir sintiéndola a mi vera... Para poder seguir sabiendo que, aunque estábamos lejos, la próxima vez que volviésemos a vernos parecería como si el tiempo se hubiese detenido solo para nosotros...

¿Cómo pude hacer daño a quién más quería sin siquiera darme cuenta? ¿Cómo fuí tan idiota? ¿Cómo pude hacer perder la ilusión a quien me dio todo? 

Maldito idiota...


A veces creo que soy un afortunado... Creo que no todo el mundo tiene la suerte de poder haber sentido la magia en sus carnes y en las de la persona que tienes al lado, de poder haber saboreado cada minuto como si se tratase del minuto más mágico jamás creado... Yo que sé...

Puta distancia... Cuánto daño nos hizo... Y no le estoy echando la culpa, no... Sé que yo fuí el responsable... No era fácil para mí, pero para ella tampoco... ¿Cómo coño no supe entenderla?

El estar tan lejos hizo que fuera complicado calmar nuestros problemas...

Creo que nos fue matando el no haber podido pasar juntos todas las noches que hubiésemos deseado, el no poder haberte susurrado los buenos días a la orejita como a tí te gustaba, y sobre todo... el no haber podido transformar los problemas en abrazos escuchando el silencio de la noche en ese, nuestro parque... El parque en el que nació nuestra magia...




Al menos tengo un consuelo... Un consuelo que a veces me hace sentirme feliz durante un par de segundos, y que durante el resto del tiempo me hace sentir haberlo perdido todo...


El consuelo de saber que te hice feliz... Y el consuelo o desconsuelo de que, aunque probablemente no vuelva a verte, nunca olvidarás esos momentos, y de que cada vez que los recuerdes te seguirás emocionando...


Aquí te espero, bajo el olivo, como decía la canción de Manolo García... Mientras tanto intentaré dormir...

Ójala algún día suene mi teléfono y escuche un "te necesito...", o al menos un "te echo de menos, pero lo siento... lo nuestro no es posible..."...

Gracias por haberme hecho tan feliz...






2 comentarios:

  1. descubrirte ha sido bonito, gracias por venir!!
    leerte con tan bella canción de Jere intensifica aún más tus versos...

    todo un placer visitarte...me quedo por aquí!!

    Un beso!

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  2. Me alegro!! Poco a poco vamos aumentando la familia!! jeje.

    Besitos del Mago Megh!!

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